Ofelia A. Funes, 1999

¿IDENTIDAD? Memoria y código genético
Texto de Ofelia Funes para Galería Virtual Kunstbildung por video ADN(i), 1999

El consagrado video-artista Gary Hill, quien nos visitó el año pasado en el Centro Cultural Recoleta, en una entrevista se refirió a la especificidad del video-arte, aquello que lo distingue de las manifestaciones artísticas derivadas del arte conceptual. "Lo central en el video es el tiempo, no el acto de mirar (...) El principio intrínseco al video es el feedback". En este proceso, el tiempo es determinado por el pensamiento y la memoria. En la subjetividad atemporal, las imágenes visuales y auditivas se interrelacionan en construcciones discursivas donde el tiempo lineal estalla en múltiples sentidos.

Ricardo Pons, es ingeniero y músico. Entre 1985 y 1991 -al vincularse como músico y sonidista con un grupo de cine independiente- descubrió las posibilidades estéticas de la imagen y exploró su potencial expresivo al funcionar como un todo junto con la música. En 1995 comenzó a trabajar en video-arte. En 1999 integra el grupo "Cimarrón". Considera la imagen artística como pensamiento reflexivo de la realidad. Esto lo ha conducido, a través del campo artístico, a la investigación histórica, a la cual aplica un análisis deconstructivo.

El espectador es desafiado a reconstruir esa realidad desde su memoria individual y -por qué no- colectiva. El video ADN(i), completa la trilogía REM -hecho en la argentina- y Sudtopía, presentada en la muestra Drei Ufer -Tres Orillas- en la que artistas argentinos y alemanes participaron en el proyecto Arte en Interacción Argentina-Alemania, en el Monasterio Cisterciense de Neuzelle y en el Festspielhaus Hellerau de Dresden (2000).

En ADN(i), las imágenes nos llevan a reflexionar, en este cambio de siglo, sobre una posible definición de la identidad. Un hombre viejo camina con lentitud por las calles de Buenos Aires; luego, en blanco y negro, recuerda y en ese recuerdo su figura se desliza por las calles de una ciudad de Italia. En un segunda parte, Utopía, se suceden escenas idílicas de una tierra prometida: Argentina granero del mundo. Hacia ella marcha una ilusión huyendo de los desastres de la guerra. Finalmente, Memoria, en colores, un hombre joven recorre las calles de Buenos Aires de hoy. Su figura es una sombra sin definición. Pons baja la imagen a pantalla y la interviene evitando los efectos mecánicos propios del software. El joven, anónimo, desdibujado, atraviesa el círculo simbólico de las Madres de Plaza de Mayo. Constantemente se establece un paralelo entre la memoria atemporal, subjetiva, emocional, en busca de un origen, y un registro de ADN, científico, objetivo, absoluto, que se filtra entre las ramas de los árboles, se superpone al paisaje y persigue a ambos personajes.

¿Podemos establecer en un movimiento dialéctico una definición que niegue estas polarizaciones?. ¿Qué es lo que define la identidad de los argentinos?. ¿Una sustancia que contiene el código genético en la estructura celular de cada uno de nosotros y que nos clasifica como ente único?. ¿Y si nos clonan?. ¿Una nacionalidad inscripta en un papel?. ¿Qué es una nación?. ¿O en vez debemos pensar en la emoción de un viejo y el desconcierto de un joven -¿que existe?- que deambulan por las calles de Buenos Aires? En un presente único las imágenes se desplazan, reflexionan, interrogan, nos trasladan a un espacio utópico donde los argentinos podríamos soñar construir nuestro propio código genético, el colectivo.

La última imagen contiene el núcleo de la propuesta: La sigla DNI se transforma. La I se desplaza hacia la derecha para dar lugar al paréntesis y se convierte en minúscula. De improviso, una A se coloca delante de la N. El resultado es ADN(i). La escritura deviene en una imagen totalizadora de sentido.

La estética de Ricardo Pons, lo define como un artista comprometido con la realidad política y social desde espacios virtuales de reflexión. Se juega, trasciende lo individual, se aleja de generalidades, convoca realidades concretas, poetizando problemáticas que entretejen nuestro modo de estar en el mundo. Valentía que hoy es saludable acentuar.